Por AMPARO GARCÍA DUEÑAS, DIRECTORA DE MONTESSORI KIDS, Y GUÍA MONTESSORI AMI DE 3 A 6 AÑOS. Publicado en Montessori News. Junio 2022.

Preparando mi artículo para el periódico del Colegio –como hago en ocasiones anteriores- vuelvo a la lectura de las obras de María Montessori. Lo hago una y otra vez –y creo que hago bien – porque me parecen una fuente de inspiración de nuestro trabajo cotidiano al servicio del niño. En esta oportunidad concretamente me referiré a la conferencia número 5 pronunciada en Londres por María Montessori, el 11 de septiembre de 1946, con el título “Herencia y creación”. (1)


Dice María Montessori que la parte más importante del estudio de la psicología actual es el estudio del niño en el primer período de la vida, especialmente en los primeros tres años de vida.
Al primer período –añade- (desde el nacimiento hasta la edad de tres años) le sigue el período de tres a seis años de edad. De tres a seis es donde todas las cosas que se adquirieron desde el nacimiento hasta los tres se establecen a través de la experiencia adquirida en el mundo externo. A los seis años, ya tienes a un hombre. Es necesario distinguir y reflexionar sobre dos cosas diferentes en el crecimiento de un ser humano.


Siguiendo su reflexión María Montessori añade que antes de plantearnos la cuestión del crecimiento, tenemos que plantearnos la cuestión de la existencia, de la creación. Antes de que el niño exista, el niño no existe. Y claro, si no existimos, no podemos crecer. ¿Es un rompecabezas o un milagro? Este comenzar a existir es un milagro, porque hasta entonces no existía ningún hombre, y luego existe. Es muy notable. En el primer periodo, debe formarse a sí mismo. Este es el periodo más importante de todos, porque todo proviene de ello. Este niño recién nacido ya ha existido en la vida embrionaria. Esto también es milagroso, porque de una célula, una célula con una capacidad misteriosa y sabia, se forman todos
los órganos del cuerpo. No solo se cimienta su forma, sino también su función. Esta función está llena de misterio. ¡Maravilloso!.

Cuando aparece un recién nacido en el mundo, él es un cuerpo, pero no es inteligente. Es un hecho impresionante que el bebé humano tenga esa inferioridad. Otros mamíferos recién nacidos no
son tan miserables en apariencia, no están inconscientes, no son tan incapaces de comprender. Acude a su madre cuando quiere comida. Sabe dónde encontrar comida por sí mismo. Tiene un gran impulso motor (…) Este niño realmente es muy diferente a las crías de otros animales el niño es impotente, pasivo y mudo. No tiene inteligencia, como se esperaría de las crías de una creación tan grande como el hombre. No tiene lenguaje (…)


Después de dos años, el niño puede correr, pero no tan bien como el potro recién nacido. Sin embargo, el niño de dos años puede hablar y comprender cuando otros hablan (…) ¿Qué ha sucedido en estos dos años? Ha ocurrido algo maravilloso. El niño ha creado todo esto. No existía antes, y ahora sí. Por lo tanto, debemos llegar a la conclusión de que los dos primeros años de vida se pasan en la creación del desarrollo psíquico más que en el desarrollo físico: la creación de facultades, la creación de la conciencia.

Todo se crea durante este período y luego la naturaleza perfecciona y mejora lo creado. Entonces debemos distinguir el periodo de creación, de formación, a partir de la nada, del período de crecimiento. Son dos cosas diferentes. Por esta razón, el primer período de la vida es el más importante. Si en ese punto falta algo en la creación, faltará para siempre. Terminado este período, los niños pierden este poder (…)
Todo el mundo habla de la herencia y dice que es maravillosa. Pero el término herencia es como el cloroformo; nubla la comprensión. Esta palabra ha satisfecho todo y ha cubierto todo. Los animales tienen poderes hereditarios, es decir, tienen tendencias a actuar de ciertas maneras. El caballo corre rápido, esa es su característica especial. Algunos animales se esconden en la tierra mientras otros viven en los árboles. Cada animal tiene una adaptación especial al ambiente. Los animales obtienen sus características especiales por herencia, nada más; están limitados a sus características hereditarias. Pero la vida del hombre no. El hombre puede hacer todo. Puede desarrollar un lenguaje humano: no un lenguaje
humano en particular, como el inglés o el italiano. Un niño indio no habla sánscrito por herencia. Todos los niños absorben el lenguaje de su entorno. Llamamos a este idioma la lengua madre, pero este no es el término correcto, porque si su madre estuviera muerta, o si hubieran criado al niño lejos de sus padres, en otro país, absorbería el idioma de este país, y no el que sus padres hablan (…)


Ciertamente, los niños deben tener potencialidades que corresponden a la herencia; no el lenguaje, sino la posibilidad de aprender un idioma, no el control del movimiento, sino la posibilidad de lograr la coordinación. Tienen potencialidades para absorber información de su ambiente a través de los sentidos. Estas potencialidades se le dan al niño por naturaleza. Al tener esto, puede lograr cualquier cosa que desee una vez que haya obtenido las experiencias necesarias de su entorno. Es como una película fotográfica sensible. Si hay luz, una imagen puede reflejarse en la película y fijarla allí. La película en sí no tiene ninguna imagen, solo el potencial para grabar imágenes (…)


Un niño no puede hablar a los dos años de edad si no oye hablar a la gente. Solo puede absorber el lenguaje que escucha del entorno. Él debe escuchar el lenguaje; debe escuchar los nombres de las cosas. Cuanto más vea y distinga, más rica será su mente. Un niño puede vivir dos años y tener muy pocas imágenes, o puede vivir durante dos años y tener muchas imágenes. Depende de su entorno y de la vida que lleva. De lo contrario sería un milagro. Estas adquisiciones son milagros, pero milagros lógicos. ¿qué le permite al niño adquirir estas imágenes y lenguaje? ¿es educación, o una maestra, o su madre? No esta conquista es del niño (…) Lo aprendió solo. El niño tiene la capacidad de aprender, comprender, reconocer, etc., no sólo teóricamente, sino de una manera real y positiva.

Un niño aprende al ver y escuchar. Oye un nombre y entiende a qué se refiere. Poco a poco dirá palabras por sí mismo ¿Hay una escuela en la naturaleza? ¿Hay una maestra en la naturaleza que enseñe al niño estas sílabas, estas sílabas que son las mismas para los chiquillos de todo el mundo?
En todo el mundo, los niños logran las mismas cosas a la misma edad. Comienzan a caminar al mismo tiempo, comienzan a pronunciar sílabas al mismo tiempo. A los seis meses de edad, comienzan a sentarse solos. Al año y dos meses, todos los niños están en la misma etapa (…) El niño tiene la capacidad de educarse a sí mismo, no en las escuelas típicas con sus programas exactos donde los niños deben ser obedientes, sino en una escuela donde no se controla, en la que no tiene que competir, pero puede trabajar con entusiasmo de acuerdo con las leyes naturales. Si no conocemos estas leyes y las respetamos, corremos el peligro de echar a perder esta gran obra del niño…”


Leer a María Montessori, yo lo recomiendo –y me lo recomiendo- es como beber en un manantial inacabable. Creo que esa debe ser la fuente que orienta nuestro trabajo con los niños.

En imágenes, compartimos el Festival de Fin de Año del alumnado de la clase de 2 años, los «trotones» que cantaron, bailaron y demostraron todo lo que aprendieron a lo largo del curso acompañados de sus emocionadas familias quienes disfrutaron del vibrante día.

(1) MONTESSORI, María, Las conferencias de Londres en 1946, Ámsterdam, Montessori-Pierson Publishing Company, 2019:31-37.