
Violeta Calleja / Alumna de 1º de Bachillerato
El día 29 de abril, los alumnos de 1º y 2º del Bachillerato científico fuimos a visitar el LSC, o laboratorio subterráneo de Canfranc acompañados por los profesores Pilar Esquíroz y Ramón Isac.
Fue todo un privilegio, ya que era la primera vez que abría sus puertas para una excursión escolar. El profesor J.A. Villar, principal precursor del laboratorio fue el encargado de guiarnos por las instalaciones.
No obstante, me gustaría aclarar que no era un laboratorio corriente, con probetas llenas de líquidos verdes y microscopios. Incluso antes de llegar ya nos percatamos de su singularidad: su entrada estaba en mitad de del túnel del Somport. Más bien es un laboratorio pequeño, pero para los experimentos que alberga, más que suficiente. Se encuentra debajo de la montaña del Tobazo para que las radiaciones exteriores no afecten a sus rigurosos sistemas de medida. Actualmente todos sus experimentos están en proceso de construcción, pero aun así pudimos ver algunos por dentro.
El objeto de estudio de los científicos de Canfranc es mucho más pequeño que una bacteria, incluso que un átomo. Con sus experimentos intentan contestar a esas preguntas fundamentales que el ser humano se ha hecho desde el principio de los tiempos. Son como detectives buscando las huellas que dejaron hace miles de millones de años grandes explosiones de estrellas o diminutas partículas a velocidades cercanas a la luz.
Siempre que oímos hablar del universo es por la televisión, que nos muestra a científicos de universidades extranjeras hablando sobre proyectos de la NASA. Pues ya no. A tan solo unos kilómetros de las pistas de esquí que frecuentamos en invierno, los experimentos que se están llevando a cabo allí recopilan datos para conocer más acerca de la materia oscura, acerca del cosmos. Puede que suene todo un poco a ciencia ficción, pero resulta maravilloso que un laboratorio de estas características se encuentre cerca de nuestras casas, ¡y que además podamos visitarlo!
Por lo tanto, para finalizar, me gustaría dar las gracias a mis profesores por habernos dado la oportunidad de, por un día, adentrarnos en el mundo de la investigación.