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Berta Castán, Elisa Marraco, Lorena de Diego y Laura Cajo / Alumnas de 1º de Bachillerato

El día 16 de octubre emprendimos viaje a la República Checa.

Primero pasamos los dos primeros días en Praga alojadas en el Hotel “Capri”. Conocimos la ciudad, al principio con la ayuda de un guía en un tour pero luego por nuestra cuenta. Visitamos los lugares más importantes de la ciudad como el puente de Carlos, la torre del reloj, la plaza principal, el barrio judío… y el último día pasamos la mañana recorriendo la ciudad en busca de los regalos más bonitos para nuestras familias y amigos. Por la tarde tuvimos que despedir la ciudad para dirigirnos a Jindřichŭv Hradec. Al llegar nos recibieron cálidamente nuestras familias checas por tres días. Cada una se fue a sus respectivas casas y tratábamos de acomodarnos a la vida cotidiana de cada familia.

Esos días conocimos el pueblo, comimos en familia, pasamos tiempo entre amigos, pero tampoco nos desentendimos del objetivo principal, El Proyecto Comenius.

Hubo una mañana en la que nos reunimos los representantes de cada país, los italianos, los checos y nosotros los españoles para presentar cada uno de los trabajos realizados en cada colegio para este proyecto.

La última noche nos prepararon una fiesta en el gimnasio del colegio con comida, karaoke y música.

La mañana siguiente tuvimos que partir hacia nuestro hogar, con alegría y tristeza por volver a casa y despedirse de nuestros amigos respectivamente. Tras un largo viaje llegamos a Zaragoza.

Cristina López, Beatriz Hernando, María Pérez, Patricia Alfonso y Bárbara Pallarés.

Catorce horas aproximadamente… Nervios, incertidumbre, un lugar desconocido.  Escoger adecuadamente el equipaje no es tarea fácil,  más aún cuando la impaciencia se  apodera…

¡Buenos días princesa! El día esperado ha llegado…

Los primeros rayos de sol iluminan nuestros adormecidos rostros camino de Barcelona.

Entre autobuses, trenes y aviones esperamos ansiosas la llegada al destino de los próximos días…

La primera impresión es heladora.  Calles húmedas, gente distante, ambiente triste… Sin embargo, cada día es una aventura nueva, anécdotas para contar y recordar.

Praga: La perla de Europa.  Nuestros largos andares nos llevaron a los lugares más recónditos, como el gueto judío.  La estancia allí fue corta, pero tuvimos tiempo para observar y admirar la belleza de la localidad.  El sitio más visitado y punto de encuentro fue “El reloj astronómico”.

Calles adoquinadas atravesaban la ciudad, casas de juguete en torno a nosotras cada momento… Miles de colores eclipsados por el grisáceo cielo.

Dos días intensos llegados a su fin.  Otra vez nervios, incertidumbre e impaciencia recorrían nuestro interior.  Un nuevo destino: Jindřichův Hradec.  Ciudad de intercambio cultural. Caras nuevas,  idioma diferente,  sensaciones dispares…

Nada más llegar, cada una nos fuimos con nuestras respectivas familias y, poco a poco, fuimos conociendo sus costumbres e introduciéndonos en sus vidas.

Pasados unos extraordinarios días,  llegó el momento más temido: la despedida.  Entre lloros, abrazos y sonrisas partimos,  rumbo a casa,  en el autobús, y conciliamos el sueño recordando todo lo vivido…

En los primero días de realidad, la única conclusión que uno saca, son recuerdos nostálgicos, pero más tarde, reflexionas y te das cuenta de la oportunidad tan bien aprovechada que has vivido. Una experiencia única, que queda marcada en nuestras vidas.